Apúntate a la vida slow y presume de piel sana

Apúntate a la vida slow y presume de piel sana

La piel es un reflejo de los alimentos que se ingieren, pero también del ritmo de vida que se lleva. Deja de andar como el Correcaminos en tu día a día y saborea cada segundo de tu vida. No solo tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán, también lo hará tu piel.

Las prisas nunca fueron buenas consejeras y, si tu piel está en juego, es mejor que las dejes a un lado. Vivir sin prisas, trabajar sin prisas, incluso hacer tus tareas y hobbies disfrutando de cada segundo, sin seguir un ritmo caótico, es la opción para sentirte bien y además verte bien. «Vivir slow» tiene mucho que ver con que tu piel luzca sana y cuidada.

Si tu piel hablara, te pediría una cosa: ¡vive sin prisas!

Despídete de las malas compañías. En este caso, para lucir una piel sana y saludable será mejor que le digas «bye bye» al estrés. Dejar paso a la ansiedad no solo se refleja en un malestar físico, sino que puede producir molestos picores en tu piel, acné, envejecimiento prematuro o dermatitis. ¿Quién necesita ninguno de estos en su piel? ¡Nadie! Así que respira y haz las cosas de manera pausada, sabiendo priorizar y dejar cosas para mañana. Es mejor hacer poco y bien que mucho y que nada merezca la pena. Dedícale tiempo a las cosas y obtén los mejores resultados, no solo en tu vida sino también en tu piel. ¡Relájate! y apuesta por una piel magnífica.

¿Recuerdas aquello que se dice de masticar cada bocado al menos 30 veces? Esto debe estar presente en tus comidas. Comer deprisa y mal es una combinación que nunca resulta ganadora. Cuida tu alimentación y ahora más que nunca saborea cada bocado que te lleves a la boca. Tómate tu tiempo para comer y tu piel mostrará ese aspecto saludable que tanto te gusta ver en el espejo. Sin prisas, tu piel luce mejor.

Irte a la cama después de una jornada de duro trabajo y descansar es el mejor broche final que le puedes poner a tu día. Descansar y dormir las horas que necesita tu organismo es fundamental. Deja lo de contar ovejitas para otro y, cada vez que te pongas el pijama, haz que dormir como un bebé sea tu objetivo. Por la mañana tu piel tendrá un aspecto mejor y tú te sentirás más que bien.

Una vida tranquila, que se vaya fraguando a fuego lento, dejando las prisas y los nervios a un lado, es una fuente de salud. Tu interior te lo agradecerá y mostrará a los demás una imagen cuidada y saludable.

Consejos para tener una piel sana

  1. Llevar una alimentación correcta: comer de manera saludable es vital para tu organismo. Además tendrás que olvidarte de las prisas y sentarte correctamente a comer. En tu menú debes combinar frutas y verduras y limitar el consumo de azúcares, harinas refinadas, bollería y embutidos.
  2. Descansar y dormir las horas necesarias: descansar de manera adecuada hace mucho por ti, por tu cuerpo y por tu piel. Respetar unos horarios te hará sentir bien, relajado, y eso se notará en tu piel.
  3. Limpieza diaria de la piel: la limpieza de la piel es uno de los primeros puntos que siempre destacamos para tener una piel sana. Antes de acostarte, limpia la piel de tu rostro no solo con agua, sino utilizando algún producto específico, y así eliminarás el maquillaje que hayas utilizado y todas las impurezas que se hayan acumulado en ella durante todo el día.
  4. Una buena hidratación: beber agua u otro tipo de líquidos te puede ayudar a tener una piel más luminosa y tersa.
  5. Protección solar: recuerda usar siempre protección solar cuando salgas de casa. Aunque no estemos en los meses más calurosos del año, nuestra piel siempre está expuesta al sol y necesita que la protejamos de los rayos solares para evitar posteriores manchas.

¿Te has visto reflejada en este tipo de vida caótica, llena de prisas y malos hábitos? Entonces es el momento de tomar conciencia de la situación y cambiarla para que eso se refleje en tu día a día, y sobre todo en tu piel. Deja que tu piel hable de ti, pero que diga que disfrutas de una vida saludable.

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