La piel se vuelve más delgada y frágil a medida que los años van pasando. Por ello, los cuidados deben de ir adaptándose y focalizarse en mejorar la pérdida de humedad, preservar la firmeza y recuperar el tono para evitar la flacidez y las arrugas.
Además, la piel de las personas de más edad tiende a presentar prurito (picor o hormigueo) localizado con dermatosis provocadas por la estasis vascular. La razón es que, al perder hidratación, la piel se seca y esto produce descamación, que va siempre unida a sensación de irritación y comezón. Así pues, la piel envejecida suele evolucionar a una piel atópica y seca. Por esta causa, el cuidado de la piel de las personas mayores requiere el uso de productos que proporcionen una mayor protección y que ayuden a recuperar parte de la humedad perdida.
Aunque la mayoría de los cuidados suelen ir dirigidos al rostro con la finalidad de prevenir el daño en su superficie, como arrugas o marcas de expresión, no menos importantes son los tratamientos corporales.
No te olvides de tus manos
Una de las partes olvidadas del cuerpo de las personas maduras son las manos. Durante años han sido fundamentales, pero, a medida que nos hacemos mayores, perdemos la perspectiva de que su cuidado es muy importante en el día a día.
La sequedad acompaña a la edad por la disminución de la capa regeneradora situada en la dermis, además de por la pérdida de síntesis de matriz extracelular, al disminuir las fibras de colágeno y elastina. Esto causa un mayor riesgo de roturas en la epidermis, que notamos con la aparición de zonas de descamación, sobre todo en las palmas y en las falanges distales. Además, es posible que se produzcan más heridas y que su cicatrización sea más lenta.
¿Qué cuidados necesitan mis manos?
Básicamente podríamos resumir los cuidados necesarios para tus manos en esta fase de la vida en una sola palabra: hidratación.
Debido a su uso tan continuado, las manos requieren un aporte más intensivo de hidratación. Para ello usa productos que hidraten la superficie cutánea mediante una base oleosa y glicerina que se absorba con facilidad. Además, y debido a la sensación pruriginosa que acompaña a la sequedad y la deshidratación, te recomendamos que asocies elementos como la urea, que pueden hacer disminuir los síntomas de picor e irritación.
Pero no solo requieren hidratación, ya que además las heridas o lesiones suelen ser frecuentes. Por ello, puedes asociar un componente cicatrizante como la centella asiática, importante para recuperar la capa epidérmica y reducir el tiempo de cierre de posibles magulladuras o contusiones abiertas.
Trata de evitar ciertas cosas
No utilices productos irritantes como soluciones alcohólicas o detergentes muy agresivos sin la protección adecuada.
No uses agua muy caliente para el lavado de manos, ya que hacerlo puede acelerar el proceso de pérdida de la capa externa de la piel y esto, asociado a una baja regeneración, ser fuente de irritación. Aplica una crema hidratante tras el lavado, mientras la piel aún está ligeramente mojada, para que su absorción sea más efectiva a la hora de mantener la humedad.
Trata de no rascarte a pesar de que haya momentos en que puedas sentir la piel más seca e irritada. Al hacerlo, puedes rasgar o romper este tipo de piel más frágil y hacerla vulnerable a posibles infecciones.