Muchos hombres han decidido pasar del sufrido afeitado para lucir barba. Las llevan de todos los tipos y las dejan crecer hasta que se sienten cómodos e identificados con ellas. ¡Y nos encanta! Existen tantos hombres como distintos tipos de barba. Aunque todos al final siempre os preguntáis sobre la mejor manera de cuidarla cuando la dejáis crecer.
Me decidí a dejarme barba… y ahora, ¿qué?
Primer concepto importante: tener barba no te evita cuidar la piel que hay debajo. De hecho, la limpieza y la hidratación son muy importantes. Estos dos pilares son básicos para el cuidado de la piel masculina y no los debéis obviar aunque tengáis barba.
La barba supone, dependiendo de su frondosidad, un cambio situacional en los cuidados básicos del cuidado de la piel. Existe vello donde antes no lo había, pero los cuidados deben mantenerse de igual forma. Así que cambiaremos los jabones por champús y añadiremos los emolientes hidratantes mediante bálsamos o aceites.
Para mantenerla limpia…
Es esencial realizar 1-2 lavados diarios para mantenerla sana y libre de tíneas o micosis. Te recomendamos que emplees a diario un jabón específico para la barba. No apliques el jabón que sueles usar para tu cuero cabelludo, porque la composición del vello facial y, sobre todo, de la piel es diferente y podría provocar descamación o sequedad, puesto que la piel del rostro es más fina y sensible a la agresión externa.
El lavado debe ser suave; deja que la espuma sea la encargada de eliminar el exceso de contenido sebáceo y de impurezas tanto del vello como de la piel.
Tras el lavado o al salir de la ducha, seca tu barba suavemente con una toalla o con el secador, pero nunca con aire caliente.
¡No te olvides de tu piel!
El crecimiento de la barba tiene una tendencia natural a resecar la piel, lo que se traduce en prurito y descamación de la epidermis. La hidratación diaria es importante para mantener sanas tanto la piel como la barba.
Utilizar bálsamos o aceites específicos si la barba es muy frondosa conseguirá hidratar tanto el vello facial como la piel. Si no, un emoliente hidratante más convencional será suficiente.
Tras el lavado es posible que, por la astringencia de la composición del jabón, el pelo pueda llegar a estar áspero o reseco. Utiliza un emoliente que contenga vitamina C y E o cafeína (efecto energizante) o ginseng (estimula el crecimiento de vello) para que vuelva a lucir sana.
Cuida TU barba
Os recomendamos seguir una sencilla rutina diaria:
- Por la mañana: lávate utilizando texturas ligeras y refrescantes como geles. Después, aplica un tratamiento hidratante suave en toda la piel. Para la barba, si es muy larga y frondosa, emplea un emoliente específico.
- Por la noche: realiza un nuevo lavado suave para eliminar impurezas o restos de contaminación. Céntrate en el contorno de ojos y cuida de forma específica esta zona tan delicada. Aplica un sérum para nutrir todo tu contorno facial, incluida la piel debajo de la barba.
- Una vez a la semana: te recomendamos realizar una exfoliación suave que limpie en profundidad tu epidermis.