Las elevadas temperaturas y el cambio de rutina y de alimentación nos invitan a disfrutar del ansiado verano, pero también pueden provocar que descuidemos más nuestro aspecto físico. Las vacaciones, el relax y la desconexión suelen venir acompañados de una despreocupación que se traduce en kilos de más y una piel y cabello dañados por el sol.
Sin embargo, este cambio de chip no afecta por igual a todas las partes de nuestro cuerpo. Algunas, como los manos, los pies, codos y los talones, necesitan más cuidados que otras para mantenerse en buen estado. Aún así, hay que intentar combinar el placer veraniego con unos hábitos que nos ayuden a mantenernos sanos y en forma.
El cuerpo, distinto a la cara
Antes de aconsejar cuáles son las pautas de cuidado corporal más efectivas, es importante diferenciar el rostro del resto del cuerpo.
El cuerpo ha estado protegido por nuestra ropa durante todo el año, mientras que la cara siempre está expuesta a agentes externos que inciden directamente sobre ella, como el sol, el viento o la contaminación. Además, la piel de la cara es más fina y más sensible a irritaciones y afecciones dermatológicas que la del cuerpo. Todo ello hace que el paso del tiempo haga mella antes en el rostro que en el cuerpo.
Las diferencias entre ambas partes se trasladan también a los productos corporales y faciales. Los primeros tienen una textura bastante densa y suelen contener más aceites que agua para hidratar en profundidad el cuerpo. Por otro lado, las soluciones faciales son más líquidas y no suelen contener alcohol ni perfumes, como ocurre con las corporales, para evitar que se produzca alguna reacción que pueda estropear el cutis.
Rutina de cuidado corporal
A partir de esas diferencias, vamos a determinar una rutina de cuidado corporal que nos ayude a mantener la silueta a raya.
- - Exfoliación. Eliminar las células muertas de la piel y evitar la descamación de la dermis son los beneficios de hacerte una exfoliación, el primer paso para empezar a cuidar tu piel. Hazte una por semana y prepara tu piel para un ritual de lo más apetecible.
- - Hidratación. Es el paso siguiente a la exfoliación. Además de hidratarte bebiendo agua con frecuencia y tomando líquidos, conviene que utilices geles y cremas hidratantes, así como aceites que nutran la piel en profundidad, como los de argán y almendras y la manteca de karité, excelentes remedios naturales contra la sequedad corporal y también capilar.
- - Protección solar. Hay que tomar el sol de forma saludable y, para ello, es necesaria una protección solar adecuada, con un FPS de entre 30 y 60, según el tono de la piel. Es recomendable que te la pongas, al menos, media hora antes de tomar el sol y que renueves su aplicación cada dos horas cuando estás bronceándote, para que siga bien protegida.
- - Dieta equilibrada. El verano nos ofrece un montón de alimentos de temporada, sobre todo frutas. Además de refrescantes y deliciosas, muchas son bajas en calorías, como el melón, la sandía, los albaricoques y la cerezas, por lo que deberías incluirlas en tu alimentación para mantener los kilos a raya.
- - La actividad física moderada es un hábito que debe llevarse a cabo durante todo el año y el tiempo libre que permiten las vacaciones también puede aprovecharse para ejercitar el cuerpo y mantenerlo en buen estado.
- - Ropa y calzado adecuados. Además de ser más ligera y cómoda, la ropa holgada y de algodón evita la transpiración, que puede dañar la piel. Con el calzado ocurre lo mismo: conviene que sea cómodo, flexible y que transpire para evitar que se formen rozaduras y ampollas.
Si pones en práctica todos estos sencillos y fáciles consejos, tu cuerpo no acusará los cambios propios del verano, lo mantendrás en buen estado y te sentirás a gusto con él.