Las vacaciones de verano aún no se han acabado, así que por qué no aprovechar y tomarnos un tiempo para el cuidado de nuestra piel. Antes de que lleguen a su fin y tengas que empezar con las jornadas agotadoras de trabajo, qué menos que tomarte un tiempo para ti y para tu piel. Solo tienes que planificar un día para disfrutar, relajarte y dedicarle un rato especial a tu piel.
Hoy te proponemos una rutina para convertir tu casa en un completo spa. Toca cuidarse y seguir nuestras recomendaciones para mantener y recuperar la luminosidad perdida durante la semana.
- Relájate
- Uno de los requisitos fundamentales para esta rutina es crear un ambiente propicio para que tu piel sienta los beneficios de la tranquilidad y la relajación.
- Unas musicoterapia y aromaterapia adecuadas son importantes para crear este ambiente de desahogo que facilitará el efecto positivo de los tratamientos siguientes.
- Utiliza música suave que prácticamente no escuches, pero que sea suficiente para que tu mente se abstraiga. Consigue potenciar el entorno mediante aromas como la lavanda o los cítricos.
- Ajusta la temperatura para que sea cálida. Te recomendamos que nunca baje de 25-26 grados.
- Crea una atmosfera cálida utilizando la luz tenue de velas perfumadas.
- En este caso, aumentar la humedad del ambiente mediante recipientes con agua caliente y vapores es bueno para facilitar la detoxificación de tu piel.
- Terapia de exfoliación
- Para que tu piel esté preparada para toda la rutina, te proponemos una exfoliación profunda, tanto facial como corporal.
- Inicia una higiene profunda de la piel de tu rostro, empleando algún peeling facial suave. A continuación, prosigue con tu cuerpo, utilizando algún tipo de guante de crin que consiga facilitar la exfoliación cutánea.
- Tras lograr una piel libre de impurezas, te recomendamos que te tomes un baño con agua caliente (35-37 grados). Asocia una bomba de jabón de avena, que producirá una agradable sensación con su espuma e iniciará una suave hidratación de tu piel.
- La piel estará limpia y con los poros abiertos y el tejido subcutáneo experimentará una vasodilatación que será fundamental para la nutrición posterior.
- Dieta detoxificante
- Bebe abundante agua fresca mientras dure el tratamiento.
- Puedes asociar bebidas diuréticas, como el té verde templado o ligeramente fresco.
- Puedes prepararte batidos detox que contengan vitaminas A, C y E, conjuntamente con betacarotenos, para potenciar el efecto beneficioso de la exposición solar de estos meses.
- Tratamiento hidratante
- Tras el baño y la higiene profunda del cuerpo, es el momento de hidratar y nutrir la piel.
- Aplica productos que contengan una alta concentración de vitaminas. Deben ser emolientes suaves que recuperen la porción lipídica de la piel y le aporten frescura y luminosidad.
- Masaje drenante
- Acaba el tratamiento tras la hidratación y nutrición de la piel con un masaje drenante.
- El calor ha producido una detoxificación natural que se ha visto potenciada por los productos de limpieza facial y corporal.
- Aplica un producto adecuado en las piernas, el abdomen y los brazos realizando círculos concéntricos; presiona más en el centro y disminuye la presión a medida que te alejes del punto inicial. Así mejorarás la vascularización de la piel y la absorción de nutrientes.