Hemos oído hablar de ellos infinidad de veces, siempre en positivo y como elementos muy beneficiosos para nuestro organismo, pero, ¿qué son realmente los antioxidantes? ¿Para qué sirven?
¿Qué son los antioxidantes?
Los antioxidantes son un grupo de moléculas que tienen la capacidad de retardar o prevenir la oxidación de las células. Este conjunto de vitaminas, minerales y otras sustancias fitoquímicas ejercen una barrera frente a los radicales libres, moléculas que dañan las células y provocan el envejecimiento prematuro de la piel, así como distintas dolencias y enfermedades.
¿Qué beneficios aportan los antioxidantes a la dermis?
- Estimulan la producción de colágeno, una proteína imprescindible para que la piel se mantenga firme y elástica. La dermis está compuesta mayoritariamente por colágeno, una sustancia que el organismo genera de forma habitual, cuya producción va disminuyendo notablemente con la edad. Esta reducción empieza a manifestarse a los 25 años y se acentúa a partir de los 40. Así, pues debemos buscar alternativas que nos ayuden a producir colágeno.
- Previenen determinados problemas cutáneos, como el acné. La responsable de evitarlo es la vitamina A, un potente antioxidante que ayuda a disminuir la producción de sebo, cuyo exceso provoca la aparición del acné.
- Reducen las manchas cutáneas. En concreto, la vitamina C, que reduce la pigmentación de la piel y descompone la melanina, por lo que resulta muy eficaz contra las manchas cutáneas y previene el daño provocado por los rayos solares. La vitamina C también aumenta la síntesis de colágeno, contribuyendo a mantener la piel firme y elástica.
¿Dónde se encuentran?
En general, los alimentos de origen vegetal son una fuente de antioxidantes, pero no la única. Hay muchos alimentos que contienen estas sustancias.
- Las vitaminas son potentes y efectivos antioxidantes naturales. Las espinacas, las zanahorias, la yema del huevo y los plátanos son ricos en vitamina A, mientras que el pimiento verde, el kiwi, la naranja y los arándanos contienen altas dosis de vitamina C. Otro antioxidante que no puede faltar en tu dieta es la vitamina E, muy útil para combatir el envejecimiento de la piel y para mejorar el aspecto de las cicatrices, gracias a sus propiedades regenerantes. Incluye en tu alimentación germen de trigo, avellanas, brócoli y pistachos para reforzar la vitamina E.
- Algunos poseen propiedades muy beneficiosas para la piel. El zinc, presente en el germen y el salvado de trigo y las semillas de girasol, ayuda a regular la actividad de la glándula sebácea, por lo que resulta muy útil para prevenir el acné, y también fortalece los folículos y el cuero cabelludo, frenando la caída de éste. El selenio, por su parte, favorece la reparación de los tejidos dañados y contribuye a mantener la piel lisa. Se encuentra en alimentos como las nueces del Brasil, las almendras y los champiñones. Otro gran aliado de la piel es el cobre, un mineral que ayuda a reducir las líneas de expresión y a minimizar las manchas cutáneas y, gracias a sus propiedades antimicrobianas, resulta de gran ayuda en los procesos de cicatrización. La remolacha, las semillas de sésamo y la avena contienen dosis alta de cobre.
- Uso tópico. Además de las vitaminas y minerales indicados, existen productos específicos que, utilizados a nivel tópico, aportan grandes beneficios para la piel, como nuestras ampollas de proteoglicanos. Formuladas con una elevada dosis de vitamina C pura, estas ampollas actúan sobre la piel joven, ayudando a prevenir el envejecimiento prematuro, y sobre la piel madura, combatiendo las arrugas, la flacidez y otros signos de la edad.
Combinar unos hábitos nutricionales saludables que incluyan alimentos con antioxidantes y reforzarlos con productos dermocosméticos específicos que también los contengan es la opción más completa y efectiva para mantener una piel tersa, luminosa y elástica.
