Es muy posible que nunca hayas oído hablar de la cuperosis, pero se trata de una afección relativamente común y que nos puede suceder a tod@s. Muchos de nosotros, incluso, la confundimos con la rosácea.
Si bien la cuperosis suele ser leve y no causa demasiadas complicaciones, puede acarrear serios problemas si no se trata bien. Además, la cuperosis provoca manchas rojas en la cara que pueden llegar a ser realmente incómodas y molestas de llevar. En este post te contamos qué es y cómo tratarla.
¿Qué es la cuperosis?
Se trata de un estado de la piel ligado a problemas de microcirculación. Afecta básicamente a los vasos sanguíneos de la piel de nuestro rostro. El resultado de ello es la formación de pequeñas varices o venas varicosas en diferentes partes del rostro.
Podemos encontrar cuperosis en todo tipo de pieles. Su aparición se ve favorecida por factores tales como emociones intensas, la ingesta de alcohol, café o comidas picantes, el tabaco, trastornos digestivos, una exposición excesiva a la radiación solar o el uso continuado de corticoides tópicos.
Esto sucede porque existen múltiples conexiones entre la piel y el sistema nervioso. De hecho, en uno de nuestros post ya hablamos acerca de estas conexiones. Por otro lado, hay que remarcar que no se considera una enfermedad dérmica.
Principales características
Esta alteración estética de la piel posee una mayor prevalencia en las mujeres, sobre todo en aquellas con piel sensible, blanca (fototipos I y II) o fina, con tendencia a enrojecerse con facilidad. Su mayor característica es la presencia de estas pequeñas venas varicosas, que principalmente aparecen en los pómulos y las aletas de la nariz en forma de trazos de color púrpura o rojizo. A esto le puede acompañar también:
- Enrojecimientos en el rostro (pueden volverse permanentes).
- Poca elasticidad de la piel (suele ser un factor desencadenante).
- Papulopústulas (acné rosáceo).
¿Cómo podemos tratar la cuperosis?
Así pues, una vez hemos contado en qué consiste, vamos a explicar en qué te puede ayudar MartiDerm. Muchos de nuestros productos están destinados a mejorar tanto los problemas de circulación, como la elasticidad de la piel y la protección frente a la rotura de los microcapilares. Los siguientes tres productos han demostrado ser útiles combatiendo este tipo de síntomas:
ARNIKA GEL-CREMA 30 FPS
Es una crema de tratamiento, cuyo uso está indicado para este tipo de afecciones. El Arnika Gel Crema, con un filtro solar 30 FPS, es apto para uso diario (pincha aquí para ver el artículo).
Tiene una gran capacidad reparadora e hidratante, calma el picor y acelera la cicatrización. Asimismo, su acción vasoprotectora, antioxidante y antiinflamatoria hace de ella un producto único.
Además de con nuestra crema, podemos complementar el tratamiento con nuestras ampollas de proteoglicanos específicas para pieles sensibles.
AMPOLLAS DE LIPOSOMAS
Como vimos anteriormente, favorecen la hidratación, la elasticidad y la firmeza de la piel, poseen una alta tolerancia en pieles sensibles, y son capaces de calmar las pieles más reactivas. El protocolo del tratamiento facial es muy sencillo:
- Limpieza
- ½ ampolla de liposomas en la cara, el cuello y el escote.
- Arnika Gel Crema.
Conseguiremos un tratamiento completo y efectivo para hidratar y reafirmar con acción antioxidante, además de una mejoría en la microcirculación facial, una mejor protección de los capilares y una buena protección solar.
LEGVASS CÁPSULAS
Contamos con un complemento de nuestra línea vascular LegVass: las cápsulas orales. Su composición es 100 % natural, a base de castaño de Indias, Vitis vinifera, centella asiática, ruscus, rutina y vitamina C. Poseen propiedades antiinflamatorias, antiedematosas, vasoconstrictoras, venotónicas y protectoras de la pared vascular, y su efecto drenante ayuda a la circulación.
Son aptas para un tratamiento continuado, no presentan contraindicación y tampoco contienen lactosa ni gluten. Su modo de uso es bien sencillo: ingerir 1 cápsula al día.
Así pues, te hemos contado en qué consiste la cuperosis y tres productos MartiDerm que puedes usar para paliar sus consecuencias. No olvides que la mejor estrategia es una buena prevención.
