Dormir, soñar... ¿tal vez sudar?

Dormir, soñar... ¿tal vez sudar?

Todos sudamos por la noche. Es una función natural que tiene el cuerpo para recuperarse, limpiarse y regenerarse. Y en la mayoría de los casos los sudores nocturnos ocurren cuando el organismo tiene que “regularse”. 

Pero, a veces, esos accesos de calor desembocan en un sudor repentino y abundante, que pueden humedecer desde la frente hasta llegar a empapar la ropa de dormir y las sábanas.

A no ser que la sudoración se repita de manera continua e inexplicable, y esté acompañada de algún otro síntoma preocupante, no se debe dar excesiva importancia.

MOTIVOS MÁS HABITUALES

  • El calor. El verano y el sudor van irremediablemente unidos.
  • La ropa acrílica. Intenta que el pijama, el camisón y las sábanas sean de tejidos naturales.
  • El exceso de abrigo.
  • Los fármacos. Los fármacos usados para bajar la fiebre, como el ácido acetilsalicílico o el paracetamol, los provocan en algunas ocasiones. Además, todos los antidepresivos pueden producir sudoración nocturna como efecto secundario.
  • Un colchón demasiado blando.
  • El alcohol, las cenas copiosas, alimentos picantes, fuertes o muy condimentados.
  • Los postres azucarados o con grasas saturadas por la noche.
  • La ansiedad, las pesadillas y el estrés.

“¿QUÉ PUEDO HACER PARA NO SUDAR TANTO POR LA NOCHE?”

Toma una cena ligera y temprana, bebe agua, date una ducha relajante antes de acostarte, airea la habitación, no te abrigues demasiado y procura crear un ritual nocturno de tranquilidad y paz. Para conseguirlo puedes atenuar la luz, escuchar música relajante y beber una infusión templada.

Y sobre todo piensa que sudar es normal. Una actividad del cuerpo tan natural como comer o respirar. Aceptar nuestro cuerpo, su funcionamiento y su belleza nos ayudará a relajarnos, a querernos más y a ser más felices. Actitud #SmartAging.

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