Si tuviéramos que hacer una lista de actividades placenteras, probablemente una buena ducha aparecería en ella. La pregunta es: ¿qué es mejor, una ducha de agua fría o una ducha de agua caliente?
A favor de la ducha fría:
- Elimina la tensión y la fatiga. Nos espabila. Mejora el estado de ánimo.
- Efecto vasoconstrictor (contrae los vasos capilares) que se refleja también en la piel y el pelo: los poros se cierran y los vasos capilares se contraen. Esto da a la piel un aspecto más uniforme y reduce la caída del cabello.
- Reducción del ritmo cardíaco, de la inflamación y de la circulación sanguínea.
En contra de la ducha fría:
- Por la noche dificulta coger el sueño.
- Favorece la producción de cortisol, una hormona relacionada con el estrés que, en niveles altos y continuados, tiene un efecto negativo en nuestro cuerpo porque favorece el envejecimiento y afecta al sistema inmune.
A favor de la ducha caliente:
- Es relajante. Ayuda a conciliar el sueño.
- Reduce la presión arterial y la tensión en los músculos, abre los poros de la piel y hace más fácil limpiarla de impurezas.
- Favorece la relajación muscular.
En contra de la ducha caliente:
- El agua caliente reblandece la piel, abre los poros y no favorece su aspecto.
- Puede provocar una mayor caída del cabello.
- Puede llegar a marear.
Entonces... ¿en qué quedamos?
Lo mejor, un punto intermedio: ¿qué tal una ducha fría, activa y corta por la mañana... y una caliente, relajante y también corta por la noche? Después de todo, en el equilibrio está la felicidad.
Y ya seas de agua fría o caliente te recomendamos que, tras la ducha, te hidrates bien. La piel, cuando está húmeda, es increíblemente receptiva a la crema. Y la piel es, además, muy agradecida. Cuanto más la hidrates más bonita la tendrás. Para el cuerpo utiliza Hidra-Firming Loción Corporal o Modelift Crema Corporal. Y para el rostro utiliza la que mejor se adecúe a tu piel, a tu edad, al momento o incluso a tu estado anímico. En MartiDerm tenemos todas las opciones que puedas desear. Descúbrelas.