“¿Te apetece un té?”

“¿Te apetece un té?”

¿Te has dado cuenta que, cuando alguien quiere iniciar una conversación delicada, acercar posturas o compartir un secreto, la mayoría de veces elige la excusa de tomar una bebida caliente?

Puede parecer una simple coincidencia y, sin embargo, tiene una explicación científica: las bebidas y comidas calientes facilitan la digestión. Y, por el contrario, las comidas y bebidas frías dificultan el movimiento mecánico que el estómago, que está a 37ºC, necesita efectuar para triturar correctamente la comida. 

Es decir, las bebidas calientes reconfortan, nos sientan bien y por eso, en el caso de las relaciones sociales, inconscientemente las utilizamos para ayudarnos a iniciar una conversación, para desarrollar una reunión o incluso para terminar con éxito una negociación.

Y si profundizamos más en el tema, encontramos datos muy significativos: cuando alguien está deprimido no solo escucha música triste y se regocija en ella, también deja de lado el ejercicio físico, se relaja con la higiene y se pasa a la comida rápida... y generalmente fría.

Por eso elaborar, por ejemplo, un buen potaje (uno de los mejores ejemplos de nuestra dieta mediterránea), no solo es síntoma de buena salud. También es una sanísima manera de cuidarnos.

... Y sin embargo, a pesar de este alegato a favor de las bebidas y comidas calientes, un paréntesis igual de importante: no nos obsesionemos. Alternemos obligación y ocio, “panching” y ejercicio, pelis de risa y auténticos dramones. Y, por supuesto, alimentos preparados de forma fría y de forma caliente.

En resumen:

-Ejercicio. El que te siente mejor. Pero unas 3 veces por semana.

-Duchas curativas. De vez en cuando (cuando el cuerpo te lo pida) disfruta de una ducha larga y vivificante... de esas que se llevan todo lo malo del día por el desagüe.

-Hidrátate. Por supuesto, bebiendo como mínimo un litro y medio de agua al día. Pero también con productos cosméticos que no solo hidraten y reconforten tu piel, sino también tu espíritu. En MartiDerm los tenemos todos. Elige el tuyo.

-Alimentos saludables. Intenta que sean los únicos que encuentres en la nevera y los armarios de tu cocina. Pero de vez en cuando, por qué no, date un capricho.

Y, por supuesto, no escuches música triste en bucle. En el equilibrio está la clave de la salud. O dicho en otras palabras, la clave de una vida feliz está en el #SmartAging.

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