Falsos mitos sobre la vitamina C

La vitamina C es un nutriente esencial que ayuda a nuestro organismo a realizar funciones fundamentales para nuestro día a día y a nuestra piel a mantener su tono firme y saludable, evitando y previniendo los efectos del envejecimiento.

Es bastante común escuchar mitos o falsas creencias sobre esta vitamina tan importante. Por ejemplo, no es infrecuente que se asocie la vitamina C al consumo de naranjas, sin tener en cuenta que muchos otros alimentos también la contienen. Hay que recordar que el ser humano no la produce y esta es la razón por la que debe obtenerla de forma externa, básicamente utilizando la ingestión para cubrir sus necesidades.

¿Qué es y para qué sirve la vitamina C?

La vitamina C, también denominada ácido ascórbico, es un nutriente esencial, esto es, el organismo no es capaz de sintetizarla. Por ello, requiere la ingestión o su absorción para obtenerla y utilizarla en las múltiples reacciones metabólicas y procesos fisiológicos.

Además, es importante remarcar que se trata de una vitamina hidrosoluble, por lo que se puede absorber bajo una base acuosa. También debemos destacar su sensibilidad al calor. Su déficit causa una enfermedad denominada escorbuto.

Posee numerosas funciones dentro del organismo y contribuye a multitud de procesos: interviene en procesos del sistema inmune, está relacionada con los ciclos energéticos durante el ejercicio físico y favorece la disminución del cansancio muscular. Tiene otras funciones, como participar en la absorción de hierro. Además, posee un papel muy importante para la piel, ya que ayuda a sintetizar el colágeno y ofrece un potente efecto antioxidante.

¿Y en la piel?

La vitamina C de uso tópico en la piel es un antioxidante muy eficaz en la prevención y el tratamiento del proceso de envejecimiento. Consigue proteger del estrés oxidativo a nuestra piel mediante la neutralización de los radicales libres.

Sin embargo… existen muchas falsas creencias sobre la vitamina C

  • Es un nutriente poco estable:
    • Es cierto que tiene una composición relativamente frágil porque es sensible al calor, al oxígeno y a la luz del sol. Pero esto no quiere decir que esta vitamina se pierda en el proceso de elaboración de zumos, como mucha gente piensa. El zumo no pierde vitaminas a temperatura ambiente, solo lo hace si lo calentamos a temperaturas altas.
  • Solo se encuentra en las naranjas:
    • La vitamina C no solo se encuentra en las naranjas. Existen otros alimentos incluso con mayor cantidad de vitamina C (frutas y verduras), como el brócoli, las espinacas, las fresas, los kiwis, los pimientos o la piña.
  • Puede ocasionar manchas en la piel:
    • La aplicación de productos que contienen vitamina C no mancha, es decir, no produce hiperpigmentaciones. De hecho, a concentraciones del 5-15 % tiene un efecto despigmentante ideal para mejorar el tono de la piel y aportar más luminosidad al rostro.
  • No se puede usar con pieles sensibles:
    • Los sérums que contienen formulaciones con derivados de la vitamina C son más recomendables para las pieles no sensibles, puesto que la vitamina C concentrada es menos estable y puede tener un componente irritativo debido a su bajo pH (acidez). Sin embargo, su eficacia suele ser menor.
  • Es ideal antes de tomar el sol para broncearse:

No debes asociarla a la exposición solar, puesto que la vitamina C es inestable ante la radiación solar y, por tanto, disminuye sus propiedades antioxidantes. Si te gusta disfrutar del sol, te recomendamos que uses un protector solar adecuado a tu piel y evites productos que contengan vitamina C.

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