La rutina adecuada para la exfoliación de tu piel

La rutina adecuada para la exfoliación de tu piel

La exfoliación es un proceso que consiste en eliminar las células de las capas más superficiales de la epidermis. Tanto si es facial como corporal, se trata de arrastrar las células que ya no tienen función regeneradora y, por lo tanto, están en proceso de destrucción o ya muertas.

Dependiendo del producto o de la técnica, la exfoliación puede ser más o menos profunda. Como recomendación, te proponemos que inicies una terapéutica superficial exfoliante utilizando productos tópicos con efecto dermatocosmético. Es posible conseguir un efecto óptimo mediante la exfoliación mecánica, básicamente con la aplicación tópica de un producto que contenga microesferas o micelas. Estas partículas no esféricas se aplican mediante un suave masaje directo o con una esponja de superficie rugosa y permiten el arrastre del exceso de sustancias o células. Ofrecen resultados muy favorables al conseguir atenuar la acumulación de impurezas en los poros y aumentar la luminosidad y tersura de la piel.

Debes evitar…

  • - No emplees productos con una acción exfoliante demasiado significativa, con partículas grandes muy rugosas e irregulares, que pueden repercutir en las pieles especialmente sensibles.
  • - No utilices tratamientos tras cuya aplicación tu piel se irrite o enrojezca.
  • - No realices tratamientos de exfoliación justo después de la depilación, tras una quemadura solar, aunque sea leve, o en zonas con heridas visibles.
  • - Presta suma atención a las zonas donde observes fragilidad vascular, como por ejemplo las piernas con varices muy predominantes.
  • - Escoge bien tu producto exfoliante, porque tu rostro tiene unas características diferentes a las del resto de la piel del cuerpo, que requerirán otro tipo de productos.

Te recomendamos…

Realizar una exfoliación corporal adecuada, insistiendo en zonas como las rodillas, los codos o los talones de los pies, pues es fundamental para devolverles la suavidad que merecen.

Debes tener cuidado al exfoliar la piel del rostro, puesto que es mucho más fina y sensible. La zona donde debemos insistir más se ubica en las porciones laterales de la nariz. Además, te aconsejamos que evites la que circunda el contorno de los ojos y los labios, por la extremada fragilidad y delgadez de la capa córnea.

Rutina para la exfoliación facial:

  1. Limpieza suave:
    • - En primer lugar, humedece tu piel y límpiala suavemente con agua tibia.
       
  2. Aplicación del exfoliante:
    • - Realiza la aplicación del gel exfoliante en la nariz, las mejillas, el cuello, la frente y la barbilla. Posteriormente, deberás extenderlo de forma suave y uniforme.
    • - Tras la extensión uniforme de la solución exfoliante, realiza un ligero masaje con las yemas de tus dedos en semicírculos durante unos minutos.
       
  3. Retirada del exfoliante:
    • - Realiza una nueva limpieza suave con agua tibia para eliminar los restos del producto, así como de todas las impurezas y las células muertas de manera definitiva.
       
  4. Finalmente, te presentamos el paso final clave en tu rutina de limpieza completa y que potenciará el efecto de los tratamientos aplicados posteriormente: la mascarilla. Te recomendamos la aplicación de las siguientes: Hidro Mask para pieles normales y secas o Pure Mask para pieles grasas y acneicas. Son mascarillas de limpieza, hidratantes y reafirmantes. Te ayudarán a mejorar la estructura y elasticidad de la epidermis y dejarán tu piel hidratada, suave y resplandeciente. ¿Cómo debes usar la mascarilla? Aplica una capa uniforme sobre la piel limpia por toda la cara, excepto en los ojos y los labios. Déjala secar 10-15 min y aclárala con agua abundante. Te aconsejamos utilizarla 1-2 veces a la semana, dependiendo de las necesidades de tu piel.

Por último, debes saber que un buen tratamiento exfoliante es el mejor aliado para tu piel. La exfoliación facial es una forma excelente de preparar la piel para la aplicación de cualquier tipo de tratamiento, ya que permite una mayor penetración del producto nutritivo y, por lo tanto, consigue un resultado más efectivo.

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