La clave para mantener tu piel radiante y saludable, y retrasar al máximo los signos del envejecimiento, no solo está en la genética y en seguir una rutina diaria adecuada. Debemos cuidar la piel desde dentro y, para ello, será importante seguir una dieta variada acompañada de hábitos saludables que te permitan conseguir un beneficio tanto en ti como en tu piel.
Una nutrición adecuada tiene un papel preventivo de enfermedades que afectan a todo el organismo, pero también puede modificar la evolución clínica de patologías como el acné, la psoriasis, la dermatitis atópica, etc.
Te proponemos una serie de alimentos que incluyen nutrientes esenciales que benefician y protegen de las agresiones externas a la piel desde su interior y que deberías incorporar a tu dieta o añadir a través de complementos orales:
- Agua: es esencial para mantener la hidratación de nuestra piel y eliminar del organismo las toxinas o sustancias no necesarias mediante, por ejemplo, la función renal. En algunas frutas el 85 % de su composición es agua (por ejemplo, la sandía, el melón, la pera, las cerezas y las naranjas) y pueden ayudarnos a recuperar parte del agua perdida mediante su ingesta, ya sea enteras o en zumos. Es muy importante recordar que, a mayor temperatura ambiente, mayor es nuestro requerimiento de agua, porque perdemos más cantidad debido a la sudoración y a la evaporación a través de nuestra piel.
- Fruta: los cítricos como la naranja, el pomelo, la mandarina, etc., son muy ricos en vitamina C, que es un potente antioxidante que interviene en la síntesis de colágeno, una proteína fundamental para conservar la firmeza y elasticidad de la piel. Otros alimentos como el perejil fresco, el pimiento crudo, los kiwis y las fresas también contienen vitamina C.
- Vegetales y hortalizas:
- Brócoli: es rico en antioxidantes y contiene vitaminas C y E, que protegen la capa córnea de la piel del daño por la radiación ultravioleta.
- Zanahorias: poseen una alta concentración de betacaroteno, el antioxidante que se transforma en vitamina A en el interior del organismo. Este bioelemento posee una función regeneradora tisular y contribuye tanto a la fotoprotección como al retraso del envejecimiento.
- Semillas de calabaza: contienen zinc, que interviene en la síntesis de ADN, en el sistema inmune y en la cicatrización de las heridas.
- Frutos secos: como las avellanas, que aportan una concentración calórica importante y son una de las mejores fuentes alimenticias de vitamina E, que nutre la piel y nos protege del sol.
- Pescado azul: contiene altos niveles de ácidos grasos omega 3, que colaboran en los procesos de intercambio celular al posibilitar una mayor permeabilidad de las membranas y, en consecuencia, un mejor funcionamiento celular. Además, dada su acción, pueden ayudar a aliviar la inflamación de la piel.
- Chocolate amargo: el chocolate con al menos un 70 % de cacao contiene flavonoides, ácidos grasos y antioxidantes que te ayudan a protegerte del sol. El cacao incrementa la circulación sanguínea y relaja las arterias, aunque algunos estudios indican que podría favorecer el acné vulgaris en varones.
- Cereales integrales: contienen antioxidantes como el selenio, que protege a la célula neutralizando los radicales libres y estimula el sistema inmunitario. Además, promueve la elasticidad de la piel.
